Nuestra historia
por el fundador de Apoyo: Ezequiel Mojica
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ĀæDe dĆ³nde eres? ĀæQuiĆ©n eres tĆŗ? - Todos tenemos una historia que contar. Esta es la historia de mi vida. NacĆ en un pequeƱo pero vibrante pueblo rural, Santas MarĆas, en el estado de QuerĆ©taro. Se podrĆa decir que era un pueblo sin hombres porque en esa Ć©poca el 90% de los hombres mayores de 15 aƱos migraban al norte. Por eso nunca se me ocurriĆ³ soƱar con algo diferente. Mi padre cruzĆ³ la frontera, ilegalmente, tal vez 20 o 25 veces, caminando por las colinas y montaƱas circundantes.
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Mis hermanos hicieron lo mismo y finalmente mis hermanas tambiĆ©n. Ocasionalmente, mi padre y mi madre trabajaban como 'tlachiqueros', la gente que produce 'pulque', que vendĆan en el mercado de San Miguel. TambiĆ©n tenĆan una pequeƱa tienda de abarrotes en el rancho, pero mi padre era alcohĆ³lico, asĆ que a pesar de los esfuerzos de mi madre por llevar un negocio exitoso, siempre vivimos en la pobreza.
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Mi hermano mayor falleciĆ³ a la edad de 23 aƱos por un accidente en la fĆ”brica de Pepsi-Cola, dejando huĆ©rfanos a un niƱo de 5 aƱos y otro de 2 aƱos y una secuela de dolor que azota a nuestra familia, en especial a mi madre, quien literalmente dejĆ³ todo atrĆ”s en el rancho y se mudĆ³ a la ciudad. Perdimos nuestra casa, la milpa, y allĆ tambiĆ©n se quedĆ³ una parte de mi vida: mi niƱez. Empezamos una peregrinaciĆ³n en la ciudad, alquilando casitas en los barrios y en todos los barrios de San Miguel. Yo tenĆa 10 aƱos entonces.
La escuela fue difĆcil para mĆ. Apenas terminĆ© la secundaria y fue solo con la ayuda de mi madre, trabajando y estudiando, que terminĆ© la secundaria a los 25 aƱos. Obviamente, estudiar en la universidad nunca fue una prioridad en nuestra familia aunque me interesĆ³ continuar. mis estudios. Sin embargo, en ese momento era muy difĆcil para los jĆ³venes estudiantes del campo ingresar a la universidad; de hecho, soy el Ćŗnico en mi familia que terminĆ³ la escuela secundaria y, crĆ©anme, mi madre piensa que soy un 'licenciado'.
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Debido a que no tenĆa educaciĆ³n superior formal, tuve que compensar eso de alguna manera. EmpecĆ© a leer tanto como pude. Las biografĆas de Gandhi, Luther King, Cesar Chavez, fueron mis maestros, libros de inglĆ©s y conversaciones con MonsivĆ”is, Poniatowska y GarcĆa MĆ”rquez. Sus libros fueron mi escuela. Ahora aprendo de Muhammad Yunus y Kiyosaki. Luego llegĆ³ mi turno de cumplir con la tradiciĆ³n familiar de buscar una vida mejor yendo a 'el norte', lo cual hice siguiendo las vĆas del tren hasta la frontera en Laredo mientras caminaba. Caminar se convirtiĆ³ en parte de mi vida. Una vez en el norte, limpiĆ© oficinas y escuelas en Dallas y Mesquite, trabajĆ© en McDonalds y siempre me esforcĆ© por una vida mejor que siempre parecĆa estar fuera de mi alcance.
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Cuando regresĆ©, no tenĆa nada mĆ”s que la esperanza de encontrar un trabajo para sobrevivir y ayudar a mis padres. Pero entonces, un dĆa, mientras estaba sentado en el JardĆn, una mujer joven se me acercĆ³ y me preguntĆ³: "Āæquieres trabajar en CASA (una ONG local)?" Algo en mi vida cambiĆ³ entonces; DescubrĆ que era bueno para algo. ConocĆ gente buena y exitosa que me enseĆ±Ć³ que todo es posible. Hace 18 aƱos fundĆ©, con la ayuda de buenos amigos, una organizaciĆ³n sin fines de lucro para ayudar a los empresarios del Ć”rea rural a realizar sus sueƱos de una vida mejor. Esta organizaciĆ³n pasĆ³ a ser conocida como Apoyo.
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Han pasado 19 aƱos desde mi aventura como trabajador indocumentado en los Estados Unidos, y hace muy poco fui aceptado en un programa de capacitaciĆ³n de primer nivel en Albuquerque, Nuevo MĆ©xico. Mi visa estadounidense estĆ” lista y pronto subirĆ© a un aviĆ³n por primera vez en mi vida. El proceso de aprendizaje continĆŗa para mĆ. Quiero aprender mĆ”s para poder seguir enseƱando a otros en mis comunidades; Quiero llevar el mensaje a pueblos remotos de que todo es posible si nuestro objetivo es aprender, no solo ganar dinero. Quiero que todos los niƱos pobres de nuestros pueblos crean que todo es posible, sin importar de dĆ³nde venimos, cuĆ”l es nuestro gĆ©nero, nuestro color de piel, o si tenemos educaciĆ³n o no: todos tenemos derecho a buscar una vida mejor.
Apoyo se estableciĆ³ como una organizaciĆ³n sin fines de lucro en MĆ©xico en 2005.